El Día Internacional de la Mujer, antes denominado Día Internacional de la Mujer Trabajadora, conmemora cada 8 de marzo la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad y su desarrollo íntegro como persona, en pie de igualdad con el hombre.
La vida e historia de Ada Lovelace
Ada
Lovelace nació como única hija legítima del poeta romántico Lord Byron,
pero su madre, Annabella Milbanke, abandonó a su marido a las pocas
semanas de nacer la niña. Se escapó con la pequeña de madrugada en un
carruaje debido a las relaciones extramatrimoniales de Byron.
Ada
jamás volvió a ver a su padre, ya que su madre procuró mantenerle
alejada de cualquier contacto con él o sus inclinaciones artísticas. Así
que desde pequeña recibió una estricta formación en matemáticas y
ciencias. En aquel entonces era un privilegio de los hombres y algunas
mujeres de clase alta. Contó con tutores de renombre como Mary
Sommerville, científica escocesa, que se convirtió en su mentora.
En
una velada conoció a Chales Babbage, que estaba presentando un modelo
de su máquina diferencial para calcular secuencias de números. Ada quedó
impresionada de su trabajo y más tarde empezó a colaborar con él.
Ada Lovelace y la máquina analítica
En
1842 la revista Scientific Memoirs encargó a Ada la traducción de un
artículo científico en francés sobre la máquina analítica de Babbage.
Aparte de la traducción, ella empezó a añadir notas propias sobre el
funcionamiento de la máquina. Estas notas más tarde se publicaron bajo
las iniciales AAL, para no dar a entender que fueron escritas por una
mujer.
¿Por qué hoy en día se considera una pionera de su época?
Porque, por un lado, era la primera persona en describir un algoritmo
informático. Ella se basó en los números de Bernoulli (una serie
infinita de números) para explicar cómo la máquina de Babbage podría
calcularlos. Por el otro lado, fue la primera en idear conceptos como
“bucle” o “subrutina”.
Además, esbozó el concepto de la máquina
universal, una maquina capaz de programarse y llevar a cabo distintas
tareas. A pesar de su confianza en las capacidades del invento de
Babbage, el Gobierno británico no invirtió en la máquina.
Hedy Lamarr. Vida e historia...
En las reuniones a las que asistía con su marido, aprovechó para recabar informaciones acerca de la tecnología armamentística nazi. Al final logró escapar de su celoso marido, huyendo de sus guardaespaldas en coche primero a Paris, luego a Londres. Después cogió un barco rumbo a Estados Unidos.
Antes de llegar a tierra firme ya había firmado un contrato con el productor de películas Louis B. Mayer. Al llegar a Hollywood se convirtió en una de las grandes estrellas del cine de los años treinta.
Hedy Lamarr y la trasmisión en espectro ensanchado
En
medio de la Segunda Guerra Mundial, ofreció sus conocimientos
científicos a las autoridades estadunidenses, que rechazaron su oferta.
Pero lejos de darse por vencida, empezó a interesarse por los sistemas
de trasmisión de mensajes u órdenes fraccionados en pequeñas frecuencias
bajo un patrón pseudoaleatorio.
Hoy este sistema se conoce como
“transmisión en espectro ensanchado por salto de frecuencia”. Hedy
inventó el sistema y diseño los componentes electromecánicos.
Conjuntamente con el pianista George Antheil, que se ocupaba de la parte
de la sincronización, patentaron en 1942 su “Sistema Secreto de
Comunicación”.
Aunque su sistema interesó a la marina de los EE.
UU., no llegaron a emplearlo hasta 1962 cuando la fuerza naval utilizó
la conmutación de frecuencias para controlar de forma remota boyas
rastreadoras en Cuba. Hoy en día, muchos sistemas orientados a la
trasmisión de voz y datos usan sistemas de espectro ensanchado. Ejemplos
son todas las tecnologías inalámbricas como el WiFi o el BlueTooth. Sin
embargo, Hedy Lamarr fue ignorada durante años como inventora. Debido a
ello y su declive como actriz, así como varios escándalos, se recluyó
en su casa de Miami para pasar sus últimos días allí. Aunque aún en vida
le querían homenajear y conceder varios premios por su invento, ella no
acudió a los actos, sino zanjó el asunto con un simple “Ya era hora”.
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